Ayer con motivo de una actuación del Festival Internacional TAC que se lleva a cabo en la ciudad de Valladolid, nos vimos sorprendidos con una actuación en la torre de la Iglesia de Santa María la Antigua ,un edificio protegido como BIC
Esto nos parece una irresponsabilidad para con el patrimonio de la ciudad. Si se han pedido los permisos y se tiene la autorización de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, nos sigue pareciendo un error. Si no se ha pedido, una negligencia que muestra que no hemos aprendido nada de lo sucedido en la Iglesia de la Vera Cruz .
No nos gusta el mensaje que se transmite con estas imágenes que sin dudar de la pieza escénica y su calidad, no puede ser modelo para la sociedad que los bienes patrimoniales protegidos puedan ser objeto de prácticas que no son acordes al cuidado y prevención patrimonial. Luego nos llevaremos las manos a la cabeza si un turista se sube al acueducto de Segovia y se daña alguna piedra o en otro sitio les da por colgarse de una columna para hacer una foto mejor
Nos parece una autentica irresponsabilidad y poner en riesgo de forma innecesaria un legado patrimonial que hemos heredado. Desde esta asociación, seguimos demandando mas educación patrimonial y mas prevención para que no pasen estas cosas, así como más cuidado con el legado patrimonial recibido.
En el día regional del patrimonio, nos sumamos y difundimos el texto que se comparte desde la Federación por el Patrimonio de Castilla y León
XXIIl DÍA REGIONAL DEL PATRIMONIO
10 MAYO 2025
“Nuevos usos para el Patrimonio, un desafío urgente”
La protección del Patrimonio en todas sus acepciones, pero en especial el Patrimonio Arquitectónico e Industrial y, también en buena medida, el Natural, se viene enfrentando desde hace ya tiempo a una situación que se acentúa de forma exponencial: La pérdida de los usos tradicionales y el consiguiente abandono o cuando menos, la incertidumbre de su destino. Esta situación afecta sobre todo a grandes inmuebles, la mayor parte de ellos de gran relevancia histórica y riqueza arquitectónica, ligados a determinadas actividades religiosas, administrativas, de servicios o de industrias, que han perdido el uso tradicional que venían teniendo.
El abandono ya producido, muchas veces con manifiesta irresponsabilidad, por parte de Instituciones públicas, amenaza con generalizarse aún más los próximos años. No es posible cerrar los ojos ante esta evidencia. Es evidente que una parte importante de nuestro Patrimonio está determinada a perder inevitablemente los usos tradicionales que venía teniendo y para los que fueron concebidos. Tal es el caso de iglesias, conventos y monasterios, de forma especial; antiguas estaciones de tren, edificios industriales, edificios judiciales, palacios y casas solariegas, hospitales, cuarteles, y un largo etcétera.
Estamos convencidos de que esta situación constituye todo un desafío: encontrar un uso adecuado y respetuoso con los valores de este Patrimonio, constituye un verdadero desafío, un importante reto en la defensa patrimonial. Un reto en que deberíamos implicarnos todos. En primer término, desde luego, las administraciones, pero sin duda también los ciudadanos, particularmente aquellos grupos sociales o económicos que pueden contribuir notablemente a dar prioridad a la salvaguarda de los valores históricos, culturales o ambientales sobre los valores del negocio y la especulación. Contribución por parte de todos para optar a un equilibrio y armonía entre la visión de rentabilidad económica, y la perspectiva de respecto y defensa patrimonial.
Muchos edificios históricos han sido construidos con fines determinados que han conservado sin alteración durante siglos. Pero ahora, si queremos conservar su valor histórico, arquitectónico, cultural, natural, se hace preciso buscar destinos alternativos, porque perdieron o están en trance de perder el uso para el que fueron concebidos sin que aparezcan posibilidades de continuidad.
Pero esto no es nada fácil, ni puede ser producto de la improvisación o de la salida fácil pero seguramente destructiva de valores, del destino más rentable o del abandono cuando esta rentabilidad no aparece. No obstante, desde la Federación por el Patrimonio de Castilla y León entendemos que la rentabilidad de estos bienes, con nuevos usos, no debería determinarse solamente desde una perspectiva de rentabilidad económica, sino que también se debe enfocar desde la rentabilidad social.
Si en el siglo XIX las desamortizaciones civiles y religiosas produjeron unos efectos muy perjudiciales para el patrimonio mueble e inmueble español, hoy avanzamos inexorablemente hacia un fenómeno similar, de cambio de propietarios y una adecuación a nuevos usos de otros muchos edificios históricos. Por eso mismo, entendemos que intervenir en este tránsito de forma creativa e inteligente es el reto más urgente que tiene nuestra sociedad. Porque no se trata de mantenerlo de cualquier manera, sino encontrar usos que sean compatibles con la “buena conservación” del Patrimonio que los bienes amenazados constituyen.
Desde la Federación por el Patrimonio de Castilla y León, con motivo del Día Regional del Patrimonio queremos avivar la conciencia de este desafío, denunciar esta amenaza, y hacer algunas propuestas para encontrar soluciones positivas, convencidos de que es tiempo de afrontar con voluntad, decisión y creatividad esta situación:
En primer lugar, queremos recordar a las instituciones públicas (ayuntamientos, diputaciones y Junta de Castilla y León), a las instituciones civiles (judiciales, sanitarias, ferroviarias, industriales…), a las instituciones religiosas y militares, que ellas deberían ser las primeras en asumir este desafío. Tienen en sus atribuciones, la posibilidad de iniciativas legislativas, planes urbanísticos, de gestión, proyectos, normativas, licencias y demás instrumentos normativos que pueden ser determinantes en la propuesta y en la autorización de nuevos usos. La Ley de Patrimonio de Castilla y León, es una herramienta para la implicación de la administración competente, la Junta de Castilla y León, que debe ejercer una labor garante de la salvaguarda patrimonial con la implicación de los agentes sociales y el tejido socioeconómico.
En segundo lugar, el sector empresarial puede ser uno de los sectores más interesados en que se autoricen nuevos usos que abran nuevas perspectivas de mercado. También a ellos nos dirigimos, seguros de que son capaces de entender este reto de trasformación de usos y funciones de una parte importante de nuestra “común herencia”, valorando el material que tiene en sus manos y así hagan compatible sus legítimos proyectos de negocio con los valores que alberga. Aun así, no todo vale en términos de transformación de los bienes patrimoniales, que debe preservarse bajo unos mínimos criterios arquitectónicos, artísticos, y de armonía con el entorno.
Nos gustaría hacer una llamada también de implicación en esta tarea a agrupaciones de las más variadas actividades culturales, artesanales, talleres creativos, gremios, galerías de arte, escuelas de actividades. Dado que normalmente no son instituciones que gocen de posibilidades económicas, les animamos a que presenten propuestas de uso y demanden a las Instituciones y propietarios particulares incluso, la habilitación de espacios adecuados para esas actividades que pueden asegurar un uso digno de determinados inmuebles.
Desde nuestras respectivas Asociaciones en la defensa del Patrimonio nos ofrecemos a colaborar con estas instituciones, así como con particulares y promotores, a ponerlos en contacto con expertos en la arquitectura, en el arte y en su conservación, que garanticen la aplicación de unos criterios básicos que prevalezcan en todas estas rehabilitaciones y en este tipo de intervenciones.
Desde la Federación por el Patrimonio seguiremos ejerciendo como “observatorio del Patrimonio” de nuestra Comunidad Autónoma, identificando situaciones de abandono o de necesidades de nuevos usos y proponiendo alternativas. No pocas de nuestras asociaciones federadas y muchas de las que, sin estarlo, existen en la Comunidad, defensoras del patrimonio local, constituyen ellas mismas una propuesta de nuevos usos cuando no, de mantenimiento de los tradicionales.
El pasado viernes tuvimos la suerte de poder escuchar a Eduardo Pedruelo ,director del servicio del archivo municipal ,que nos dio una charla sobre el patrimonio documental que guardan los archivos y su relación con la historia de la ciudad y la provincia.
Desde aquí agradecer a Eduardo por compartir sus conocimientos ,al Archivo Municipal y al ayuntamiento por las facilidades y generosidad para poder organizar el evento
Otra muestra del escaso respeto y nula sensibilidad por el patrimonio en la ciudad de Valladolid a la hora de colocar elementos anexos al patrimonio. Seguimos insistiendo en formación y educación para el patrimonio para evitar esto. Por cierto, la estatua tiene protección integral
XVIII DÍA REGIONAL DEL PATRIMONIO 10 de MAYO de 2020
MANIFIESTO «PANDEMIA Y PATRIMONIO»
Extraña esta edición del XVIII DÍA REGIONAL DEL PATRIMONIO. Castilla y León la región más rica en Patrimonio de España y la primera en el mundo en bienes inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, está lamentablemente entre las más castigadas por el COVID-19 en número de contagiados y de fallecidos: el patrimonio, pues más rico, el humano, el que no cuenta en las listas, ha sido duramente tratado.
Si en la edición del año pasado poníamos el acento en el saldo preocupantemente negativo que se estaba produciendo entre DESPOBLACIÓN y PATRIMONIO, esta preocupación hoy aumenta de forma considerable.
Siempre hemos defendido en esta Federación que el Patrimonio en todas sus facetas (monumental, natural, cultural, inmaterial, industrial, etc.) tiene valor en sí mismo, como riqueza intrínseca, inseparable de la vida y de la identidad de las comunidades humanas que lo habitan y lo dan sentido y continuidad. Por este motivo a las Asociaciones que componemos esta entidad no nos va a resultar difícil hacernos a la idea de que la situación de pandemia queestamos viviendo de la que no parece vayamos a salir ni pronto ni sin cambios, alumbra un nuevo tiempo para el Patrimonio en todas sus facetas.
Parece claro que vamos a tener que cambiar un tanto nuestra mentalidad de «afortunados herederos» de un «lucrativo Patrimonio». No todas las herencias hacen económicamente ricos a los herederos. Tal vez tenemos demasiado ligado el Patrimonio como herencia de un pingüe patrimonio generador de grandes ventajas económicas. Al menos durante un tiempo y quién sabe si definitivamente, el binomio Patrimonio-Turismo masivo ha quedado en entredicho. Esto significa, al menos de momento, la pérdida del mayor capítulo de ingresos y ligado a ello la razón fundamental de las inversiones en su rehabilitación y conservación.
Ha llegado el momento en que se hace necesario repensar esa relación. Esto no significa renunciar al factor económico que puede generar el Patrimonio, sino reorientarlo hacia una perspectiva profundamente social, dirigida a la promoción y habilitación de formas de vida y fomento de trabajo para el entorno en el que se hallan esos bienes. Perfectamente pueden generar trabajos básicos y de expertos necesarios para la conservación de los bienes y para la habilitación de nuevos usos más ligados a formas de vida locales o de trabajos adaptables a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, cuya operatividad estamos experimentando estos días.
Para estos «nuevos usos» del Patrimonio, se necesita una nueva mentalidad inversora, fundamentalmente de las Administraciones Públicas, una mentalidad «sin ánimo de lucro» propio o ajeno, dirigida hacia la promoción del trabajo y de la vida locales. Se trata de tomar el sentido más genuino del término Patrimonio en su versión anglosajona de «Heritage», que acentúa el sentido de herencia o heredad, de los bienes patrimoniales, cuya conservación puede exigir rentabilidad negativa en favor de una riqueza afectiva y cultural que permite disfrutar y dar un sentido más pleno, más humano, contribuyendo a formas de vida más estéticas y armónicas con la naturaleza y con el entorno urbano.
En una fecha más para la celebración que para la denuncia, confiamos en que esta orientación llegue y convenza a nuestras Administraciones. De momento, no podemos ser optimistas, si tomamos como referencia, el Real Decreto-Ley 17/2020, de 5 de mayo, por el que se aprueban medidas de apoyo al sector cultural y de carácter tributario para hacer frente al impacto económico y social del COVID-2019. En él se conceden ayudas a diversos sectores culturales, en las que el Ministerio invierte 76,4 millones de euros. Sin embargo, ni directa ni indirectamente se consigna un solo euro destinado para el Patrimonio.
En Castilla y León, a 10 de mayo de 2020.
Federación de Asociaciones por la Defensa del Patrimonio de Castilla y León